En el estudio del comportamiento humano, determinados patrones e inclinaciones pueden atraer la atención de los expertos por su complejidad o singularidad. Uno de estos fenómenos es la atracción hacia la violencia física manifestada por algunos individuos. En este artículo, nos centramos en analizar la denominación y el panorama teórico de quienes disfrutan infligiendo daño físico: ¿Cómo se le llama a las personas que les gusta golpear?
En numerosas disciplinas científicas, como la psicología, la sociología o la criminología, se han acuñado términos específicos para hacer referencia a esta tipología de comportamiento. El análisis de estos términos, su origen y las implicaciones que acarrean, permite construir un entendimiento más completo y preciso sobre la atracción hacia el daño físico. En lo sucesivo, estudiaremos en profundidad las diferentes denominaciones y teorías existentes que ayudan a explicar este fenómeno.
1. Definiendo el Concepto: ¿Quién es una Persona a la que le Gusta Golpear?
El término técnico para describir a una persona que disfruta golpear es sádico. El sádico es alguien que encuentra placer en inflingir dolor y sufrimiento a los demás. No es algo que se aplique exclusivamente a lo físico, también puede referirse a la angustia emocional. Es importante aclarar que este comportamiento generalmente es considerado poco saludable y, en muchos casos, patológico.
- Sádico físico: Se refiere a los individuos que encuentran satisfacción en causar daño físico a otros. Esto puede manifestarse de muchas formas, desde el bullying hasta comportamientos más extremos y criminales como el abuso violento.
- Sádico emocional: Este tipo de individuo disfruta causando angustia emocional. Pueden humillar a otras personas, hacer comentarios hirientes o manipular a las personas para ocasionarles malestar.
Desde una perspectiva psicológica, esta predilección por causar dolor a los demás puede ser el resultado de varios factores, entre ellos trastornos de la personalidad, experiencias traumáticas o incluso aprendizaje social. El trastorno sádico de la personalidad es una condición psicopatológica que se caracteriza por un patrón de comportamiento cruel, agresivo y humillante. Sin embargo, es importante realizar una evaluación clínica exhaustiva para establecer el diagnóstico de este trastorno.
- Trastornos de la personalidad: Esto se refiere a condiciones en las que la persona tiene patrones de pensamiento, sentimiento y comportamiento extremadamente inflexibles y dañinos que a menudo afectan la vida diaria.
- Experiencias traumáticas: Algunos estudios sugieren que las personas que experimentan abuso físico o emocional durante su desarrollo pueden desarrollar comportamientos sádicos más adelante.
- Aprendizaje social: Otro factor que puede contribuir al desarrollo de comportamientos sádicos es la exposición a la violencia en los medios de comunicación o en el ambiente.
2. El Perfil Psicológico de las Personas que Les Gusta Golpear
Las personas propensas a la violencia física exhiben ciertos rasgos y patrones de comportamiento que conforman su perfil psicológico. Estos individuos suelen tener baja tolerancia a la frustración, impulsividad y dificultades para controlar la ira. Muchas veces, no saben cómo lidiar con sus emociones de manera saludable, por lo que recurren a la violencia física como mecanismo de descarga. Suelen ser personas que no se encuentran cómodas en situaciones sociales y tienen dificultades para establecer vínculos interpersonales sanos. Estos indicadores no definen a una persona como violenta definitivamente, pero sugieren una propensión a comportarse de esta manera.
- Baja tolerancia a la frustración: Las personas que disfrutan golpeando suelen sentirse fácilmente frustradas. Cuando se enfrentan a obstáculos o desafíos, su reacción instintiva puede ser la agresión física.
- Impulsividad: Estas personas muchas veces actúan sin pensar, lo que puede dar lugar a comportamientos agresivos si no se controla.
- Dificultades para controlar la ira: Muchas personas que disfrutan golpeando tienen dificultades para manejar su ira de manera constructiva, y en lugar de expresar sus sentimientos de enojo de manera saludable, pueden recurrir a la violencia física.
- Incapacidad para manejar emociones: Muchas personas violentas luchan con emociones como el miedo, la tristeza y el estrés, y pueden recurrir a la violencia como forma de lidiar con estas emociones.
- Problemas de vinculación interpersonal: Las personas que tienden a la violencia física suelen tener problemas para establecer y mantener relaciones sanas. Pueden tener dificultades para la empatía y la comprensión de los demás, lo que puede contribuir a su comportamiento violento.
En resumen, el perfil psicológico de las personas que disfrutan golpear se caracteriza a menudo por las abrumadoras emociones negativas, la dificultad para controlar la impulsividad y la incapacidad para manejar constructivamente las frustraciones y las relaciones.
3. Consecuencias Jurídicas y Sociales para las Personas que Golpean
Las acciones violentas, como golpear a otra persona, acarrean graves consecuencias a nivel jurídico y social para quien las comete. Desde el punto de vista legal, se consideran un delito de maltrato, de acuerdo con el Código Penal. Esto puede castigarse con la privación de libertad, es decir, el delincuente puede ser sometido a cárcel, además de las multas correspondientes. Entre las consecuencias jurídicas principales se incluyen:
- Denuncia y procedimiento legal.
- Posibilidad de pena de cárcel.
- Multas económicas.
- Órdenes de alejamiento y restricción.
- Antecedentes penales, entre otros.
Además de las sanciones legales, existen efectos colaterales en el ámbito social a considerar. A menudo, las personas que ejercen agresiones físicas experimentan aislamiento social. Los familiares, amigos y allegados pueden tomar distancia al enterarse de su comportamiento. Algunas de las consecuencias sociales son la pérdida de respeto y confianza por parte de los demás, daño a su reputación y problemas en diferentes contextos (laboral, académico, etc.). En muchos casos, el golpeador puede necesitar ayuda psicológica para cambiar su comportamiento violento. Sin embargo, el primer paso para resolver este problema es reconocer que la violencia nunca es la solución. Estas son algunas consecuencias sociales:
- Aislamiento social.
- Pérdida de respeto y confianza.
- Daño a la reputación.
- Problemas laborales y académicos.
- Necesidad de ayuda psicológica, entre otros.
4. Recomendaciones y Estrategias de Intervención para Personas con Tendencia a Golpear
La terapia cognitiva-conductual es altamente recomendada para personas con tendencia a golpear. Esta técnica terapéutica ayuda a la persona a comprender sus pensamientos y emociones negativas que generan comportamientos violentos. Los terapeutas trabajan junto con el individuo para desarrollar habilidades efectivas de manejo de la ira, específicamente cómo afrontar los desencadenantes de la ira de una manera saludable. Además, la terapia cognitiva-conductual puede ayudar a las personas que tienen problemas de manejo de la ira a mejorar su comunicación y habilidades de resolución de conflictos. En algunos casos, el médico puede recomendar medicamentos como antidepresivos, estabilizadores del estado de ánimo o medicamentos contra la ansiedad.
Por otra parte, es importante que la persona con tendencia a golpear esté consciente de su problema y desee cambiar. Aquellas personas que reconocen que la violencia es una respuesta inapropiada suelen estar más dispuestas a cambiar su comportamiento. Algunas estrategias de intervención a considerar incluyen:
- Participar en un programa de manejo de la ira: Estos programas enseñan a las personas a reconocer desencadenantes de la ira y cómo responder de manera no violenta.
- Desarrollar habilidades de relajación: La relajación y la reducción del estrés pueden reducir la probabilidad de un comportamiento violento. Técnicas como la respiración profunda, la meditación o el yoga pueden ser útiles.
- Considerar la terapia familiar o de pareja: Estas terapias pueden ayudar a mejorar la comunicación y resolver conflictos de una manera más saludable.
- Recurrir a la terapia de grupo: Al compartir las experiencias con otros que enfrentan los mismos problemas, se pueden aprender nuevas formas de pensar y comportarse.
- Usar estrategias de solución de problemas: La enseñanza de cómo tratar con problemas de forma sistemática puede reducir la frustración y por ende la ira.